No te puedo sacar de mi cabeza usurpadora. Ni de mi boca, ni de mi cara. Qué haces que me robas y te tengo en mi cabeza.
Una bala me traspasa, sale tu sangre, tu aroma. En mi funeral me usurpas la tranquilidad de la muerte: la flor tenía tu nombre, la lápida el año de nuestro último encuentro y, peor aún, el féretro a tus lindos parientes.
El cielo era tuyo, el infierno tuyo.
Qué haces que no dejas vivir en paz a los muertos.
JMP
ResponderEliminarhttp://intuicionesracionales.blogspot.com/2011/05/los-tiempos-estan-cambiando.html
ResponderEliminarPero escriba acá.... en la mancomunal
ResponderEliminarme gusto lo de los parientes. sip escriban en la mancomunal.
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