lunes, 2 de mayo de 2011

Solo una sesión más.

El tren avanza tan implacable y monótono como siempre, las luces del paisaje, pasan como pequeñas luciérnagas errantes, ante su pesado andar. Un pequeño cuerpo se aterra al escuchar los bramidos de aquella bestia de metal, y sin más, se aferra de los rieles. 

Un maquinista empieza ha cansarse de jalar la bocina, mientras sus pensamientos le terminan por superan…
El cien por ciento de los hombres, sueña que le paguen sin trabajar…el 90% de los padres, anhelan ver crecer a sus hijos…los maquinistas son el gremio que jubila más joven…también son unos de los que más van al psicólogo…no es la primera niña…puede ser la última…o simplemente una más…el humano promedio, tarda en reaccionar al menos un segundo…un tren cargado, necesita para detenerse al menos un km…
 
Con la delicadeza que otorga el respeto, aprieta el acelerador buscando acabar pronto. Cierra los ojos y agacha la cabeza, así en la sesión del jueves, no tendrá que recordar un nuevo rostro.

El momento pasa en silencio, el tren continua con su pesado andar. El no mira atras, ni hace gestos de dolor, ni mucho menos piensa en detenerse, la experiencia, le imponía que era una perdida de tiempo…lo mejor era cumplir el itinerario y tratar de llegar temprano el jueves, pues es el día en que todos van a la consulta.

José Mesina.

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